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domingo, 30 de junio de 2013

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¿DÓNDE ESTÁ EL ‘INCHE CARRO?
Por Ramón Durón Ruiz
P
ara el viejo Filósofo, es sabia la frase que dice: “Los abuelos… debieran vivir para siempre”. Hoy escribo en homenaje a dos abuelitas maravillosas y un abuelo espectacular, que me honraron con sus atenciones el pasado fin de semana: la señora Beatriz Anaya de Villareal, esposa del ex gobernador Ing. Américo Villareal Guerra (+); la señora Susana Flores de Hernández, esposa de Eugenio Hernández Balboa (+) y mamá del ex gobernador Eugenio Hernández Flores y para el Dr. Egidio Torre López, sabio y bien querido  médico de mi tierra y padre del Sr. Gobernador del Estado.
Ellos son una escuela andante de amorosa sabiduría, para propios y extraños, con su oficio de vida le han enseñado al campesino de allá “mesmo” a participar con todo mi entusiasmo, pleno de alegría y amor en la fiesta de la vida.
Charlar con ellos es un agasajo para los sentidos, con su natural pedagogía me enseñan que ni en la vida, mucho menos en la política hay relaciones perfectas, las hay sí saludables, saludables significa no la ausencia de problemas, sino la capacidad, la inteligencia, el amor la habilidad y el oficio existencial para aprender a manejarlos.
Enrique Orschanski afirma con meridiana nitidez que “Los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, aportan algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad.”
Ellos no sólo en su tiempo y su espacio le han brindado amorosamente a sus hijos, nietos y a la gente de su vida, el sentido de pertenencia e identidad, lo han hecho generosamente con quienes tenemos el privilegio de cruzarnos por su camino.
El sentido de pertenencia e identidad, son básicos para que se elimine el  miedo y la violencia; para que se arraigue el respeto al de enfrente, el amor a la vida, la obediencia a la raigambre; en síntesis, para conectarse con nuestros sueños y con la energía vital que armoniza y equilibra nuestra existencia con el universo.
Cuando sabes que “Dios le da las peores batallas…a sus mejores guerreros” entiendes el porqué de la adversidad y el dolor, te sorprendes al reconocerte como un ser multidimensional que suelta karmas aciagos y se abre al poder del amor y a la fuerza de la luz que vibra en tu interior.
Los abuelos son sabios, el tiempo y la experiencia han sido sus maestros, les han enseñado a ser parte amorosa del universo para que trasmitan una rica visión policroma del cosmos, que nos dice que: toda tormenta es pasajera.
La Biblia dice “La riqueza del sabio, es su sabiduría; la pobreza del tonto, es su estupidez”, y hay que sacar al estúpido que mora en nuestro interior, para oxigenarlo, airearlo y darle vida al sabio que anida en nuestra divinidad interior, que nos dice que el amor, la alegría, la felicidad, la abundancia y el poder está en ti, en la medida en que aprendas a amarte… te amaran y por añadidura armonizaras las leyes físicas y las espirituales.
De las señoras Beatriz y Susana y del Dr. Egidio, sabios por derecho propio, he aprendido que estamos hechos para la grandeza, a no postergar nuestra felicidad, a no importando las circunstancias vivir el hoy ensimismado en la magia de la vida, a cancelar el instinto natural de ir en contra de las cosas, a descubrir la enorme satisfacción que produce lo elemental: “ver, oír, amar, respirar, dar, caminar, saborear, tocar… sonreír.”
A propósito de sonreír, llega un periodista con un parroquiano a la cantina del afamado Fernando:
¿Usted toma todos los días?
—¡Sí! –dice el bebedor.
¿Cuánto toma al día? Cada tarde charlando con mis amigos, me tomo 12 cervezas.
—¿Cuánto cuesta cada cerveza? Depende dónde lo compre, pero aquí $15.
Y ¿Desde cuándo toma esa cantidad de cerveza?
Desde hace unos 15 años.
Usted sabe que consume $180 al día; más o menos $5,400 al mes. En un año gasta más de $65,700 en cerveza.
—Si usted lo dice, es correcto.
Sin contar la inflación, $67,700 al año por 15 años da $985,500.
¡Sí!, estoy muy consciente.
¿Ha pensado que si no hubiera tomado en esos 15 años, se pudo haber comprado el más lujoso auto del mundo?
¡Sí! Pero dígame una cosa, ¿Usted toma?
¡No!

¡Y entonces...!, ¿Dónde está el ‘inche carro más lujoso del mundo?

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